viernes, 31 de agosto de 2012

El Arte Gótico. Preámbulo.

El Arte Gótico resulta un tanto paradójico si se compara con el contexto histórico en que surge y alcanza su mayor auge. Apodado por muchos especialistas como “Estilo Ojival” debido al innovador uso de arcos puntiagudos y bóvedas, al tiempo que se valía de vitrales para crear un espacio opulento e iluminado; contrastando con su período histórico, la Edad Media.

 Existe una suerte de consenso a la hora de catalogar la Edad Media como un período de oscurantismo y atraso cultural. Se dice que fue Giorgio Vasari quien, durante el renacimiento, dio a este estilo el nombre de “Gótico” haciendo alusión a los Godos, lo que sería igual a decir “Bárbaro”; para Fulcanelli, la palabra “Gótico” guarda relación con el lenguaje de ciertas sectas iniciáticas de corte mágico-herético. A pesar de todas las especulaciones que se han hecho al respecto, cuando nos referimos a este estilo artístico, hablamos de lo que para muchos es considerado como la cumbre del arte europeo. 

Una de las características esenciales del estilo es el cambio de perspectiva. Mientras en el Románico (su predecesor) se tomaba en cuenta la horizontalidad, en el gótico se da prioridad a la verticalidad. De allí que las catedrales alcancen y superen (en algunos casos) los treinta (30) metros de altura. Y así, con el fin de aproximarnos un poco a la esencia de este estilo artístico hemos mencionado dos elementos esenciales y característicos que nos ayudaran a entender el objeto (o por qué) de este estilo: el primero, la luminosidad; y el segundo, la gran elevación o verticalidad. 

El lector se preguntará: ¿En qué sentido estos dos elementos nos permiten entender el objeto de este estilo artístico? Uno de los principales obstáculos que debe sortear un historiador o persona que se acerque al estudio de la historia, es el querer (o sentirse tentado a) juzgar una época con ojos ajenos a la misma, juzgar el ayer con los ojos de hoy. El principal objetivo de la catedral gótica era el de crear una sensación de sobrecogimiento en el visitante, se buscaba impresionar al espectador desde el mismo momento en que avistaba la fachada y daba el primer paso en su interior. ¿Por qué? Porque su finalidad es aproximar a la persona por medio de lo material a lo inmaterial, llevar de lo tangible a lo intangible. En términos propios de la época: acercar al visitante a Dios y hacerle ver por medio de una “pequeña” demostración cuán grande era su presencia y omnipotencia. 

De allí que la luminosidad proveniente de los vitrales y las grandes elevaciones fuesen una constante en todas las catedrales góticas. La inmensidad de la edificación buscaba hacer ver lo pequeña que es nuestra existencia frente al todo poderoso; la luz que filtraban los vitrales en múltiples colores, es alegórico a la luz que emana Dios mismo; y así muchos otros elementos que se irán analizando en líneas sucesivas. 

Hasta aquí, hemos hecho una ínfima aproximación a las formas del arte y al objeto de las grandes edificaciones, así como del contexto histórico. Pero resaltamos la necesidad de adentrarnos un poco en la mentalidad del hombre medieval y la situación de su contexto histórico, si no se quiere incurrir en la insensatez de querer juzgar sus acciones con los ojos del hombre del siglo XXI. De tal manera  que seguiremos haciendo una resumida reseña del contexto que rodeó el surgimiento del Arte Gótico.

No hay luz sin oscuridad.

La Edad Media puede dividirse en tres etapas: La Temprana Edad Media (Siglo V al IX), Alta Edad Media (siglo X al XIII) y La Baja Edad Media (Siglo XIII al XV). La Temprana Edad Media se caracteriza por las Invasiones Bárbaras que asolaron Europa en repetidas ocasiones, que originaron un clima de desasosiego y pesimismo entre los habitantes del continente. Como consecuencia, en las proximidades al año 1000 se extendió por toda la población europea el rumor de que se avecinaba el fin del mundo y “… la vida medieval se llenó de profetas apocalípticos que vaticinaban terrores indescriptibles… [Amenazando] con la condenación eterna (…)” (Chandelle, 2008, P. 56) El resultado de todo ello fue una cierta inercia y apatía que cubrió al europeo durante estos años.

Sin embargo, los monjes benedictinos, que no se inmutaron ante el aire apocalíptico que flotaba por aquel entonces, continuaron edificando iglesias, abadías y templos que comenzaban a mostrar ciertos rasgos distintivos en relación al Románico. Existieron múltiples reformas dentro de la misma orden monacal que derivaron en la incorporación de nuevos elementos arquitectónicos y artísticos. Chandelle explica que “… Sucesivas reformas… habían dotado [A estas edificaciones] de un carácter monumental, con doble transepto, capillas radiales y bóvedas que se alzaban a gran altura (…)” (Chandelle, 2008, P. 56) Lo que derivaría más adelante en un verdadero auge constructivo en toda Europa, que contribuiría al resurgir de las ciudades y al mundo medieval en general.

No obstante, no podemos pasar por alto el hecho de que fuesen los benedictinos quienes comenzaran a dar los primeros pasos hacia el gótico, pues, al ser desarrollado en el seno de una orden apadrinada por la iglesia católica, este arte se haría casi exclusivamente religioso. Además, la iglesia vio estas “… construcciones religiosas [Como] un instrumento para consolidar y extender la fe cristiana… aconsejaba o imponía realizar una peregrinación/para visitar los lugares sagrados por su estrecha relación con Cristo: Roma, Santiago de Compostela, Tierra Santa (…)” (Belmonte, 2008, P. 1361-1362) De esta manera encontramos uno de los primeros estratos de la sociedad medieval que “apadrinó” al gótico.

Un segundo estrato lo constituyen los Reyes y Nobles que vieron la oportunidad de demostrar el fervor que le tenían al todo poderoso y al mismo tiempo de cuán arrepentidos estaban de todas sus malas acciones. Con lo cual llegaron a financiar y construir numerosas edificaciones siguiendo los lineamientos del nuevo estilo artístico. Esto también les granjeaba la amistad del Papa y a futuro podían optar por un alto cargo en el clero. O bien utilizaban la construcción de las catedrales como un medio para traer la cultura y la civilización a sus dominios.

El impulso que le dieron el clero y la nobleza al gótico derivó en la aglomeración de artistas, albañiles, maestros constructores, orfebres, pintores, herreros, carpinteros, peones y canteros, entre otros. Esto se tradujo a su vez, en un constante crecimiento poblacional que propició el nacimiento de las grandes urbes, pues no solo atrajo a los artistas y todo aquel que buscara empleo en las obras de construcciones, sino también atrajo múltiples peregrinaciones y ferias de comerciantes quienes a la postre se transformarían en banqueros y financistas.

Claro que, además del auge de un nuevo estilo artístico, hubo otra serie de factores que propiciaron el crecimiento de las ciudades. Rolf Toman nombra uno de ellos: el intelectualismo, y señala directamente al filósofo Pedro Abelardo (1079 – 1142) como la persona que contribuyó decisivamente al desarrollo de la actividad intelectual en París: “En Abelardo encontramos a un temprano representante del nuevo tipo de erudito, el pensador profesional o intelectual.” (Toman, 2011, P. 10) Comienza entonces un proceso de innovación en todas las disciplinas existentes hasta entonces, los debates intelectuales están a la orden del día, aunque solo estuviesen reservados para aquellos gremios de aprendices y maestros llamados Universitas (de donde derivan las universidades) adosados a los monasterios.

Con todo, el Arte Gótico se consolida y ve su primer ejemplar en la abadía de St. Denis en 1140 perteneciente al antiguo reino de Île-de-France (hoy Francia), de la mano del Abad Suger de St. Denis (1081 – 1151) quien para ese momento, además de estar imbuido en todo ese ambiente floreciente que atravesaba París, era el hombre más influyente de la corona francesa de Luis VII.


Bibliografía Consultada:


Belmonte, Elizabeth. Apéndice: Las Catedrales, En: Los Pilares de la Tierra. Ken Follet. México D. F., Randon House Mondadori, S. A., 2008. 1403 P.

Chandelle, Rene. Más Allá de las Catedrales. Barcelona – España, Ediciones Robinbook, 2008 (2da Edición). 253 P.

-   Romero, José Luis. La Edad Media. Mexico D. F., Fondo cultural de Economía, 1956. 218 P.

Toman Rolf. El Gótico. Arquitectura, Escultura, Pintura. Barcelona – España, H. F. Ullman, 2011. 520 P.

NOTA: Todas las imágenes han sido tomadas de la siguiente dirección: 

Agradecimientos a Jaume López y Adrià López por permitirme tomar las imágenes de su página. 

lunes, 26 de diciembre de 2011

Halloween: Origen e Historia

En éste video se busca hacer una revisión muy breve sobre lo que es el Halloween desde sus raíces más remotas, para lo cual se ha hecho una revisión bibliográfica y contrastado información con la realidad; hoy en día existen muchos rituales, cultos y celebraciones de las que no tenemos la menor idea de qué son o de donde provienen y compartimos con nuestros amigos y seres queridos todos sus elementos.
Pues bien,  en este video se ha sintetizado la información en un intento de que resulte mucho mas ameno el recorrido histórico de una celebración tan antigua como misteriosa, pero que ha sido adoptada en casi todos los rincones del  mundo; incluso en aquellos países que nada tiene que ver con estos rituales o con la cultura que se desarrolló hace mucho en las Islas Británicas.
Los Celtas han sido una de esas culturas que ha despertado la curiosidad de muchas personas a lo largo y ancho del mundo, llegaron de Asia y se establecieron en Europa. De hecho, dicen los estudiosos de este pueblo, que si se hace una revisión de la religión celta y la hindú encontraremos muchos elementos en común, cosa que no debería extrañarnos, ya que toda religión, culto, ritual, costumbre y celebración tendrá sus raíces en otras religiones del pasado.
Por ello, nunca demos por sentado que nuestras costumbres son “originales” porque no es así, siempre habrá una raíz común. ¡Pero OJO! Esa no es razón para dejarnos llevar a ciegas sin saber qué estamos celebrando… Busquemos el origen de las cosas antes de ser participes de ellas.
Toda religión o costumbre son parte de un único legado que compartimos los seres humanos, y como tal, no deberían ser objeto de discordia y división… Todas son parte de una verdad que se ha fragmentado con el correr de los siglos.
Los dejo pues, con este pequeño documental acerca del Halloween… o mejor dicho, del culto a Samhain…


martes, 9 de agosto de 2011

La Atlántida: Rastreando a los atlantes sobrevivientes.



Arqueo genético.

El antropólogo y escritor George Erikson en colaboración con el profesor Ivar Zap se han dedicado a buscar un factible rastro atlante por el mundo. Sus métodos se basan en el estudio de las culturas y comparaciones de las mismas, en base a esto han llegado a afirmar que los atlantes se asentaron en diferentes lugares por toda Sudamérica y América Central poniendo especial atención en la península del Yucatán; para sustentar su afirmación expone que todo lo que hoy día es Cuba y las Bahamas, hace once mil quinientos años atrás estarían totalmente por encima del nivel del mar, implicando esto, una posible conexión entre las Bahamas con Cuba y la península del Yucatán.

Para Erikson los atlantes como buenos marinos que pudieron ser, estaban acostumbrados a observar las estrellas con detenimiento, y es posible que hubiesen podido detectar algo distinto en las conformaciones astrales, que les permitiera pensar en un inminente desastre. Así pues, Erikson sostiene la posibilidad que ante esta situación un grupo de habitantes de la Atlántida buscasen refugio en otras tierras y llevasen consigo algunos animales. Lo cierto es que en algunos muros y esculturas Mayas se pueden observar claramente las formas de animales que no existían en América Central, como los elefantes y platón describe a la civilización atlante como “la raza de los elefantes”; por otro lado, en las mismas esculturas y murales Mayas se pueden apreciar las formas de hombres con barba y bigote, cuando se sabe que los nativos americanos carecían de vello facial. “la presencia de relieves e imágenes de esculturas con formas budistas y rasgos negroides [también] probaría la llegada de extranjeros a través del corredor navegable de la Atlántida, idea también refrendada por las palabras de Platón, quien asegura que la Atlántida se comunicaba con el resto de los mares de la tierra (…)” (Canal de historia, 34, 2010) Sin embargo, como es común en el mundo científico, se han encontrado muchas opiniones y posturas al respecto una de las cuales afirma que tanto los hombres con bigote y barba, como los elefantes, en realidad vendrían a ser representaciones Mayas de entidades sobrenaturales y que nada tendrían que ver con la llegada de extranjeros al Yucatán, otros dicen que las figuras con forma de elefantes son representaciones del guacamayo.

En contra parte a esta corriente de investigación, existe un grupo de científicos que, si bien no descartan lo observado en las esculturas Mayas, han optado por el camino de la genética. La batuta en esta forma de comprobar si hubo sobrevivientes la han llevado los doctores Greg y Lora Little “… en sus investigaciones… intentan encontrar a los sucesores de esta civilización entre las poblaciones actuales que poseen una variedad antigua de ADN llamada Haplogrupo X. `En esencia lo que hemos hecho es examinar todos los estudios hechos sobre el ADN mitocondrial. En los 42 grupos de ADN mitocondrial conocidos, incluso hoy, el Haplogrupo X demuestra que todos los americanos nativos no llegaron por el estrecho de Bering 9500 a. C.´, explica Greg Little… los análisis realizados por el matrimonio Little aseguran se da entre los vascos, los iroqueses de Norteamérica, en América Central y Sudamérica, y con menor incidencia en Oriente Próximo.” (Canal de Historia, 37, 2010)

Todos estos hallazgos constituyen una pieza del gran rompecabezas que aun no está resuelto del todo y para lo cual habrá necesidad de evidencias más contundentes que ratifiquen el escrito de platón. Las similitudes culturales y genéticas en el mundo y las aparentes ruinas atlantes en las Bahamas y en la isla Bimini, así como los misterios sumergidos en las profundidades del Atlántico, son parte de este gran enigma.


¿Qué aspecto tenían los atlantes?

Aunque pensamos que, dado la falta de evidencias, es un poco aventurado hablar sobre cómo pudieron ser físicamente los atlantes, hemos optado por no descartar lo que nos ofrece el investigador y explorador Frank Joseph, quien en base a sus viajes, investigaciones y observaciones nos hace un esbozo de lo que pudo ser la apariencia de los atlantes. A continuación dejaremos este punto en las palabras de Frank quien reconoce que es un tema realmente difícil, dado la condición efímera del ser humano:

“Un punto de referencia pueden ser los guanches, nativos de las islas Canarias que descubrieron los españoles a principios del siglo XV. Los guanches eran blancos, de ojos claros y cabello ondulado. Muchos eran rubios. Eran altos y robustos, de complexión fuerte [eran un pueblo geográficamente aislado] (…) Ellos construyeron pirámides con escalones y templos concéntricos, momificaban a sus muertos, conservaban tradiciones de una gran-isla hundida de la cual llegaron sus ancestros y reverenciaban a Atlas.

“Con seguridad los guanches fueron atlantes, quizá la última población sobreviviente. Su descripción racial concuerda con los relatos de los atlantes en otras partes del mundo, como las historias de la serpiente emplumada, que los mayas y aztecas conocían como un hombre alto, de piel blanca y piel amarilla que cruzó el océano Atlántico para fundar la civilización mesoamericana. En Sudamérica se le conocía como Espuma de Olas de Mar, una poética metáfora de la ola de la proa de su embarcación y se le recuerda como pelirrojo. En Norteamérica, prácticamente todas las tribus indígenas tiene un recuerdo similar del hermano blanco, que llegó desde la gran inundación; los Winnebago lo conocían como Cuerno Rojo por el color de su cabello. La mayoría de los mitos tradicionales de portadores de la cultura, o los supervivientes de la Atlántida los describen de cabello rojo.

Guanches.
“Varias descripciones de los atlantes sobrevivieron el milenio. La más importante se puede encontrar en los retratos de individuos Meshwesh capturados por el faraón Ramsés III… Usando cascos de pelo de caballo y collares de los prisioneros, los atlantes sin barba tiene rasgos afilados, son aguileños con bocas definidas, cabezas un poco ovales y un leve sesgo hacia arriba en los ojos (…).

“Estas mismas características se pueden ver en las piezas de terracota de una morgue etrusca, que representa a un esposo y una esposa. Aunque es probable que este trabajo se haya hecho cerca de cinco siglos después de la destrucción de la Atlántida, testifica la supervivencia de la raza atlante en la Italia occidental. Fue aquí, según Platón, que los atlantes extendieron su poder y la civilización etrusca ciertamente poseyó muchas características de la Atlántida (…)

“Su robusta apariencia física parece ser sido heredada de los ancestros de Cro-Magnon. Los atlantes fueron un pueblo muy antiguo, que pertenecía a un pre-aria, hasta la raza pre-caucásica (…)” (Joseph, 224-225-226, 2007)

Hasta aquí la aproximación que nos hace Frank con respecto a lo que considera, es la apariencia de los atlantes otrora; todo cuanto explica es fruto de sus investigaciones, viajes, exploraciones y observaciones. Hemos querido incluir este fragmento de su libro para que el lector pueda tener una visión más amplia sobre este y otros temas, aunque nos hemos centrado en el dialogo de platón, y de ahí contrastado los datos geológicos, arqueológicos, antropológicos, lingüísticos, genéticos, entre otros, existen muchas otras posturas en cuanto al tema de Atlántida. Algunos afirman a ciegas que si existió y que el relato de Platón es totalmente verídico, otros no niegan que el relato de Platón tenga algo de cierto pero mantienen una postura más “conservadora” y otros simplemente niegan totalmente la existencia de la Atlántida y ponen el dialogo del Timeo y Critias en el lugar de textos moralizadores, donde Platón descargo todo su descontento hacia la sociedad ateniense de su época. No obstante, consideramos que los hallazgos hablan por sí mismos y que queda de parte del lector, sacar sus propias conclusiones.


Fuentes:

  • Joseph, Frank (2007). La Destrucción de la Atlántida. Rochester, Vermont – USA Editorial Inner Traditions International
  •  CANAL DE HISTORIA (2010). Los Grandes Misterios de la Historia. Barcelona – España Editorial Deboldillo

La Atlántida: Los Atlantes. Sobrevivieron?


El diluvio y posibles rutas de escape.


Andes peruanos.
Para muchos investigadores el ascenso del nivel del mar se debe, principalmente, a un derretimiento de los casquetes polares producto de un aumento en la temperatura terrestre. La causa que atribuyen a este fenómeno es la degradación ambiental que pudieron provocar los atlantes con todas sus actividades y desarrollo tecnológico, algo parecido a lo que ocurre en la actualidad. Hoy día podemos ver como el hombre le asesta duros golpes al equilibrio natural talando árboles, quemando bosques, contaminando los cuatro elementos y un constante exterminio de la fauna; ¿consecuencia? Pues, aumento de la temperatura, desequilibrio ecológico, derretimiento de los casquetes polares  y con ello un progresivo aumento en el nivel del mar; ¿a quién afecta al final? ¿Seriamos capaces de sobrevivir sin los recursos que nos ofrece el planeta tierra? ¿Por cuánto tiempo el planeta aguantará nuestros abusos?

Para muchos investigadores fue el abuso y la arrogancia lo que provoco que los atlantes cavaran su propia tumba. El diluvio se ha atribuido a esta causa y, en este sentido, el periodista e investigador Frank Joseph cuenta que en el año 1996 se reunió una conferencia de geólogos, climatólogos, biólogos y otros muchos científico en el área de la tierra con el fin de discutir sobre la problemática ambiental, la conclusión según Frank es que “(…) nuestro planeta está siendo testigo de la más grande extinción de la vida animal, en sesenta y cinco millones de años(…)” (Joseph, 244, 2007) Siguiendo este orden de ideas, no deja de establecer relación y semejanza entre la “situación atlante” y nuestra realidad actual.

Himalaya. India
El diluvio pudo haber sido consecuencia de la explotación irracional del planeta por parte del hombre, en específico, de los atlantes. Aun así, esta idea no tiene porque descartar las causas del cataclismo expuestas en el capitulo anterior sino todo lo contrario, servirían de apoyo y sustento. Frank explica que un aumento en la temperatura media del globo terrestre podría ocasionar, entre otras cosas, un derretimiento de los hielos árticos y en consecuencia un aumento del nivel del mar: “(…) Hasta un pequeño aumento adicional en la temperatura, podría abrir las puertas a la suficiente agua desde los casquetes polares de hielo para enterrarlo todo, excepto las cordilleras de las más elevadas montañas(…)” (Joseph, 245, 2007) Encontramos aquí pues lo que podría ser una pista por medio de la cual pudo haber un pequeño grupo de atlantes que lograsen sobrevivir a la catástrofe, y en base a esta postura, podría explicarse porque la cultura floreció en determinados lugares del globo terrestre y no en otras.

Las grandes elevaciones montañosas bien pudieron ser la ruta de escape seguida por algunos atlantes, ya que el mismo Platón explica que la cultura atlante dominaba los mares de la tierra. El investigador Stel Pavlov comparte el mismo punto de vista de Frank al explicar que “… cuando [la tierra] sufrió la inundación, no hubo ningún lugar por el que escapar. Los tres grandes bloques de tierra eran Sudamérica, Sudáfrica y la península de la India. Pero como era una inundación, la tierra que estaba a la misma altura estaría bajo el agua. Así que habría que ir más al norte para encontrar montañas, y por ende, tierra seca. Los Andes, en Perú. El monte Ararat en Turquía, cerca de Egipto. Y la cordillera del Himalaya en el norte de la India y la frontera con China. Los mismos lugares en los que nacieron la religión y la escritura.” (Pavlov, 206, 2009) Esta es una perspectiva que puede contestar muchas preguntas y explicar ciertos fenómenos en la civilización humana del mundo antiguo; como por ejemplo las cultura egipcia, mesopotámica e India poseen tantos patrones culturales en común con las culturas Mayas, Aztecas e Incas cuando, hasta el sol de hoy, se cree o se sabe que el contacto entre ellas fue totalmente nulo.


Monte Ararat. Turquía
3.2 – En caso de sobrevivir, ¿Dónde pudieron asentarse?

Mucho se ha especulado en el mundo científico sobre si los atlantes pudieron sobrevivir y fundar nuevas ciudades, culturas o civilizaciones, aportando parte de sus conocimientos “avanzados”. Bajo esta hipótesis se ha llegado a pensar que los egipcios, babilonios, las culturas mesoamericanas y andinas, así como la cultura de la India, entre otros, son o pudieron ser parte de una colonia atlante o bien una herencia de los sobrevivientes que se dispersaron por el globo terrestre.

¿En que se sustentan estas hipótesis de los sobrevivientes y su relación con estas grandes culturas del mundo antiguo? Básicamente se apoya en el avance tecnológico (arquitectónico, social, jurídico, agrícola, religioso) en comparación con otras civilizaciones contemporáneas, el repentino salto (en algunos casos) de nómadas u organizaciones tribales a civilizaciones y grandes imperios pareciera ser la “evidencia” de que recibieron ayuda ajena, “Desde esta mirada, parece obvio suponer que los pobladores de Mesoamérica no saltaron de las chozas y las tribus nómadas a asentamientos culturales asombrosos sino que son el producto de un proceso evolutivo que no se logra en cientos de años.” (Gueller, 114, 2004); además, y esto puede saltar a la vista, existen muchos rasgos en común entre estas sociedades, como por ejemplo el hecho de que tanto Mayas, Incas y egipcios edificaran sus templos en forma piramidal. David Gueller explica que “Muchos autores consideran que las civilizaciones de Mesoamérica y Egipto son en realidad descendientes de la Atlántida, o bien miembros de colonia fundadas por los atlantes.” (Gueller, 133, 2004) Si algunos atlantes lograron escapar a la catástrofe que acabo con su isla continente y se refugiaron en grandes elevaciones montañosas, de las cuales posteriormente pudieron descender pues, a nuestro modo de ver, no sería descabellado pensar que pudieran influir de alguna manera sobre otros pueblos y transmitirles parte de sus conocimientos que no se sabe a ciencia cierta cuan avanzados eran, pero si mucho más antiguo.
Ruinas de Machupichu

En el caso de las similitudes culturales en todo el mundo, aun sin que estas sociedades entraran en contacto, ha despertado la curiosidad de unos y el escepticismo de otros. “La conclusión general es que estas culturas no pudieron construir las maravillas arquitectónicas que se les atribuyen; tuvo que existir una civilización avanzada que les enseñó a hacerlo. Además, parecen existir muchas semejanzas en la cultura y arquitectura de estas civilizaciones.

La similitud entre las culturas egipcia, maya, aztecas, inca y otras parece ser la ‘demostración’ de que estas civilizaciones eran colonias de la Atlántida (…)” (Gueller, 133, 2004)

Ahora hablemos del aspecto lingüístico y como existen ciertos puntos en común entre el vocablo de los distintos pueblos del mundo antiguo. Los parecidos no se limitan solo a la arquitectura, avances en ramas como la medicina o astronomía, sino que van más allá y se extiende hasta la misma lengua hablada y escrita aun cuando, reiteramos, no existió entre muchas de estas culturas un contacto directo. Chales Berlitz explica que el idioma vascuence ya se hablaba en la península ibérica mucho antes de la conquista celta y romana, además que “La lengua vasca sigue siendo la única no clasificada, entre todas las [lenguas] de Europa (…)” (Berlitz, 206, 1976) Del mismo modo Frank Joseph ha intentado rastrear una especie de hilo conductor que va desde las islas canarias a Mesoamérica y otras regiones del mundo, pero ya hablaremos de ello más adelante.

Zigurat de ur de la antigua Mesopotamia
Siguiendo las ideas de Berlitz, la lengua vasca podría remontarse incluso hasta la época del hombre de Cro-Magnon, esto es 25.000 años atrás. Incluso especula que este hecho puede haber sido producto de una de las oleadas pobladoras de los posibles sobrevivientes de la Atlántida; no obstante, continua explicando: “…el vascuence no parece tener influencia visible sobre ningún otro idioma, ni estar influido por algún otro.” (Berlitz, 207, 1976) En este sentido procedemos a mostrar algunos ejemplos y similitudes lingüísticas como por ejemplo, en las culturas indígenas americanas la palabra Manitu vendría a significar “Gran Espiritu” y en la lengua hindú su equivalente sería  Manu; en lengua náhuatl teo (théulh) al igual que el griego Théos viene a significar “Dios”; en vascuence argi significa “luz” y su equivalente en sánscrito sería arq que significa brillante; “En griego, Thalassa era “el mar”, y en maya thallac significa “no sólido”, mientras Tlaloc, el dios del agua de los aztecas; estaba también relacionado con el mar.en la mitología caldea, Thalat era la diosa que reinaba sobre el caos. Atl significa agua en náhuatl (azteca) y lo mismo en el lenguaje bereber del norte de Africa” (Berlitz, 208, 1976) Así pues, estas posibles evidencias (entre otras), parecieran indicar que hay un hilo conductor que comunica a una gran variedad de culturas que florecieron en todo el mundo, pero que, hasta el momento, no pasa de ser una mera pista.

Fuentes:

  •          Berlitz, Charles (1976). El Misterio de la Atlántida. Barcelona – España Editorial Pomaire
  •          Gueller, David (2004). La Atlántida ¿mito o realidad? Caracas Editorial Ramdom House Mondadori
  •          Harris, Marvin (2009). Introducción a la Antropología General. Madrid – España Alianza Editorial
  •          Joseph, Frank (2007). La Destrucción de la Atlántida. Rochester, Vermont – USA Editorial Inner Traditions International
  •          Mann, Charles (2008). 1491, Una Nueva Historia de las Américas Antes de Colón. México Satillana Ediciones Generales.
  •          Pavlov, Stel (2009). El códice de la Atlántida. Madrid – España Editorial La Factoría de Ideas